martes, 1 de febrero de 2011

120 Segundos en el D.F.

Por  César Vázquez D.
Caminaba por la calle de Madero, una de las principales calles cerradas al tráfico de la Ciudad de México y me llamo la atención una serie de pequeñas marcas rectangulares sobre el piso amarillento de la calle, más adelante me encontré con la respuesta a estas manchas, un grupo de diez personas entre hombres y mujeres habían cercado un pequeño perímetro en donde trabajaban de manera coordinada. Sí, ellos eran los encargados de limpiar la calle peatonal más importante del Centro de la Ciudad de México de los miles de chicles que aparecían por doquier. El procedimiento de limpieza consiste en utilizar una especie de aspiradora del tamaño de un bote de basura cilíndrico mediano con una manguera, un pequeño tubo (tipo Karcher) y en la punta un dispositivo que hace las veces de cepillo giratorio con un poco de agua caliente y químicos (en enero del 2009 el Gobierno del DF compró 10 máquinas y pago en total 50 mil dólares), una segunda persona con una aspiradora para agua quita el líquido utilizado por la máquina, mientras que una tercera persona recoge los fragmentos de chicle, para depositarlos en un bote de basura, así se produce entonces la pequeña marca limpia que arriba les comenté. Luego de observar por unos momentos tome el tiempo que les llevaba limpiar un chicle y este fue de 120 segundos, poco tiempo para quitar un chicle, pero ¿cuánto para quitar miles? y si tomamos en cuenta que cuesta $2.50 limpiar un chicle hagan cuentas de cuanto se paga por limpiar miles de chicles aplastados en banquetas y calles de ciudad.
Me acerque y comencé a platicar con uno de los trabajadores después de un rato, me dijo “¿son muchos no? a lo que conteste afirmativamente, luego me confió, lo más grave es que no son los niños los que tiran los chicles, son los adultos, son ellos los que les dan el mal ejemplo a los niños. También me dijo que policías habían sorprendido recientemente a una muchacha embarazada tirando un chicle y que la iban a multar por haberlo tirado, estuvo llorando amargamente, la gente la apoyo y finalmente la soltaron. Sin embargo, en la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal y su Reglamento en el artículo 26 Fracción III menciona que se sancionará por arrojar, tirar o abandonar en vía pública animales muertos, desechos, objetos o sustancias, y en la Fracción IV se sancionará por tirar basura en lugares no autorizados. La multa es el equivalente de 11 a 20 días de salario mínimo (el salario mínimo en el D.F es de $59.82 por día, multiplicado por 20 días es igual a multa de  $1,196.40) o arresto de 13 a 24 horas, la pregunta es ¿se llegarán a aplicar de manera regular alguna de estas sanciones?
A Singapur, la llaman The Fine City (la ciudad de las multas), aunque también la mencionan como “la  cómoda ciudad para descansar del caos de otras ciudades asiáticas” y ¿por qué viene esto a colación?, porque allá hace más de 18 años es una de las muchas prohibiciones el tirar un chicle en la vía pública, la multa es de 500 Euros, sí, leíste bien 500 Euros ($8,315.00 pesos considerando el tipo de cambio de $16.63 pesos por 1 Euro), y si reincides, por ejemplo, en tirar papeles en la calle 9,550 Euros, y una orden de trabajo correctivo como limpiar calles o playas llevando un uniforme brillante y con la presencia a veces de los medios de comunicación para añadir la humillación pública al castigo. 
Me parece que sería exagerado, y además erróneo copiar lo rigurosas que son las multas  y prohibiciones a los ciudadanos en Singapur, sin embargo, sí sería conveniente que los ciudadanos mexicanos se concienticen en relación a este tema y a muchos más con campañas educativas  de corto y largo plazo por parte del Gobierno de la Ciudad, e incluso a nivel nacional. Es necesario, y urgente que se difunda la existencia de la Ley de Cultura Cívica y leyes similares de los estados, también que se apliquen las leyes, y que por lo tanto, las sanciones se lleven a cabo, de otra manera, seguiremos viviendo en un México de mentiritas.

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